En un mundo atrapado por el racionalismo, el consumo y el escepticismo, que ha dejado al hombre vacío del sentido de trascendencia,
la historia de los apóstoles es un llamado a la conversión. Ellos no
pudieron callar lo que habían visto y oído. Con sus virtudes y defectos,
difundieron el
Evangelio para que los hombres pudieran encontrar una respuesta a su
existencia y religarse con el Padre celestial. Esta es la propuesta e
invitación del libro: recoger el mismo llamado y salir a proclamar el
Reino del amor, la justicia y la paz.